La vedette Victoria Vanucci y Nalbandian, muy juntos
Miércoles 19 de septiembre. La noche fue cómplice de su juego. Sólo unas pocas estrellas fueron mudos testigos del sorpresivo, casi misterioso, encuentro. Jueves 20. Diferente escenario. Distinto cielo. El mismo encuentro. La oscuridad fue la aliada perfecta para que ambos pasaran desapercibidos. Sus cuerpos trabajados, torneados, musculosos, delataron las horas de entrenamiento que cada uno dedica. Ella, Victoria Vanucci (22) concentró todas las miradas. El, David Nalbandian (25), tampoco se quedó atrás. Cuando el reloj marcaba la medianoche, como todo un caballero, con su brazo en la cintura, acompañó su entrada al Bar Ünico, en San Isidro. Sigilosos, pero relajados, como en un travieso juego de niños, buscaron un sitio tranquilo, alejados del bullicio de tantas parejas de enamorados, que anticipaban la llegada de la primavera. Se murmuraron frases al oído. Bebieron, brindaron y se prodigaron mimos y apasionados besos. También hubo risas y carcajadas. Como si se encontraran solos. Así, permanecieron hasta pasadas las dos de la madrugada. Recién entonces abandonaron el lugar. Ella, lo hizo como había llegado, en su camioneta, rumbo a su casa en Castelar. El, a pesar de la hora, prefirió caminar hasta hallar un taxi que lo llevó hasta su departamento, situado en el barrio de Villa Urquiza. La siguiente noche, apenas Victoria terminó su función en el teatro, partió en su camioneta rumbo a ese barrio. Los une la pasión por el tenis. Ella llegó a ser la segunda mejor tenista del ranking amateur nacional hasta que una lesión la dejó fuera de los courts, y decidió incorporarse al mundo de la revista y la actuación. El, a puro talento y esfuerzo, logró convertirse en el tenista número uno de la Argentina y ocupar el octavo lugar en el mundo. La vida y las coincidencias hicieron que sus caminos se cruzaran. El 24 de diciembre de 2006, se conocieron en el Club Villa Carlos Paz y jugaron unos tantos, como parte de una exhibición. Victoria estaba cumpliendo con su trabajo en “El champán las pone mimosas” y David, gozando de unas minivacaciones en su provincia. Hubo buen “feeling”, risas y coincidencias. Pero cada uno continuó su camino. Hace sólo dos meses, la recientemente eliminada participante de “Patinando por un sueño”, anunciaba a CARAS su casamiento con el productor televisivo Alejandro Piccinini (25). La boda coronaría cuatro años de intenso amor y de una probada convivencia. “Va a ser con iglesia y como Dios manda. También, habrá una gran fiesta” anticipaba. Pero, sorpresivamente, cambió su ‘buena nueva’ por una fuerte confesión: “Me separé. Prefiero mantener el motivo a puertas cerradas. Con mi pareja veníamos mal, pero tratamos de mantenerlo resguardado, por respeto a nuestras familias. Estuvimos cuatro años juntos y teníamos todos los planes en marcha para nuestra boda”, confesó Victoria. Y aunque no deseaba ahondar en detalles, la difícil decisión la llevó a desnudar su intimidad. “Quisimos terminar la relación de una forma madura, para no sufrir. De todas formas, seguimos hablando, y está todo bien entre nosotros. Porque siempre tenemos la esperanza de solucionar el problema. Ya estuvimos separados un tiempo, pero no dio resultado”. Al principio la actriz y vedette buscó refugio en su trabajo para olvidar el dolor de la ruptura. “La pasé muy mal. Porque se dio justo en el momento en que estaba planificando mi boda. Un día una se imagina algo y, al siguiente, todo se desmorona. Fue como recibir un baldazo de agua helada. No sé las causas. Lo único que sé es que los dos trabajamos mucho, y eso hace que se pierdan cosas muy importantes en una pareja. Sufrí mucho y estuve deprimida porque compartimos cosas trascendentales”, argumentó. Por su lado, David, que mantiene desde hace años un noviazgo con su amiga de la adolescencia, la farmaceútica cordobesa Victoria Bosch (27), el viernes 21, se trasladó a su ciudad natal. Pero, dicen, que los llamados a los celulares no se cortaron. La comunicación se mantuvo a toda pasión. “Con David nos conocimos el último verano, en Carlos Paz. Allí nos juntamos para un partido exhibición y se dio una muy buena onda. Nos hicimos amigos y nos llevamos muy bien. Como nos conocemos, después, por casualidad, coincidimos en un par de lugares” confió Victoria. Y como quien ya superó los malos momentos, su sonrisa dejó adivinar algo más. “¡David es un lindo chico! Una persona excelente. Me parece un hombre muy interesante. ¿Qué más puedo agregar?”. fuentehttp://www.caras.uol.com.ar/edicion_1342/nota_01.htm