Carmen Barbieri

"Tango es un perro de gustos sofisticados"
Carmen Barbieri junto a su nueva mascota, un cachorro maltés de tres meses

Al ingresar al departamento de Carmen Barbieri no es difícil imaginar quién es el nuevo mimado de la casa. A la vista aparecen un conjunto de simpáticos y coloridos accesorios destinados a la comodidad de “Tango”, un gracioso Maltés que, desde hace unos días es la nueva debilidad de su dueña. Allí, en el living familiar, recostado sobre una cuna roja, especialmente acondicionada, el pequeño perro permanece pendiente de cada movimiento de Carmen, a quien obedece con velocidad asombrosa. Para la actriz, la llegada de “Tango” a su vida terminó por saldar una cuenta pendiente. “Hace tiempo que quería tener un perrito. Pero siempre surgía la dificultad de qué hacer con él cuando viajamos o nos vamos de temporada a Mar del Plata. Entonces, fui postergando ese sueño. Yo les decía a todos que, quien deseara regalarme un Caniche, lo hiciera. Quería una hembra y hasta había elegido el nombre: Lola. Nunca vino, en cambio, llegó “Tango”, un cachorrito Maltés que fue un regalo de Silvia, una amiga de Ariel, el cocinero de mi programa. Yo buscaba a Lola, pero al ver este Maltés me enamoré por completo. Primero, se llamó "Alfred", en honor a mi papá; pero después decidí cambiarlo por "Tango". Luego de tanto bailar por un sueño, me pareció adecuado”, relata Carmen. Con entusiasmo, la actriz describe la rutina compartida con su nuevo compañero, a quien adora vestir glamorosamente con pieles y colores vivos. “La casa canina que lo viste me consulta, entonces me envían accesorios para combinar la ropa de Tango con la mía. Tiene pieles de distintos colores, estilo animal print y hasta un gamulán marrón. Poleras, jeans y todo un set de juguetes como pelotas y huesitos de plástico completan su ajuar. Es un rey. Y además le gusta comer carne y pollo, porque es un perro de gustos sofisticados y de vez en cuando lo malcrío”, agrega la artista. Confiesa que "Tango" duerme en la habitación que comparte con su esposo, Santiago Bal, y que su predilección por los animales es una costumbre que cultivó desde la infancia. “Amo a todos lo animales. He tenido hamsters, ratitas de laboratorio, lagartijas, peces, gatos, canarios y cotorras. Pero creo que hay que dedicarles tiempo, por eso buscaba un perro pequeño para llevarlo a todos lados. Ellos necesitan cariño y no podés dejarlos solos. "Tango" va conmigo al teatro, a los restaurantes, ¡parezco China Zorrilla! Hasta le gusta posar para las fotos, es más estrella que yo!”, agrega. Es verdad. Al igual que Carmen, “Tango” siente predilección y pasión por el universo de las tablas. Los pasillos del teatro Premier, donde la actriz protagoniza “Irresistible, otra historia de humor”, junto a Miguel Angel Cherutti, son los preferidos del Maltés. “A mi programa de América, El diario de Carmen´, lo llevo pero se estresa mucho, porque va de brazo en brazo, pero en el teatro se siente mejor que en casa. "Tango" es tan feliz sobre el escenario como yo. En el teatro recibe con alegría a cada artista y se mete en los camarines de Rodrigo ´Vagoneta´ Rodríguez y hasta en el de Miguel. Santiago está encantado con él, pero a mi hijo, Federico, no le agrada: le cambia el nombre, le dice Pucho, Rocco. Recién ahora se enteró que se llama "Tango". Quisiera tener muchas mascotas, como mi papá que tenía 30 gatos. Y aún hoy sigo soñando con la caniche”, afirma.
—¿Cómo vive esta etapa actual de su vida?
—Estoy bárbara y feliz, nunca me imaginé que perder en “Bailando...”, me hubiera hecho tan bien, porque estaba desbordada con tanto trabajo y entrenamiento. Hacía el programa a la mañana, después entrenaba, dos noches no dormía, actuaba en el teatro y estaba al límite de mis fuerzas. Ahora voy recuperándome de esa vorágine. Cuando participaba en el concurso, estaba perdiendo tiempo junto a mi familia, amigos, y eso fue duro. Con tanta exposición, llegué a enojarme y no quiero que me vean así, porque soy una mujer sencilla y no quiero perder amigos. Me encanta trabajar, pero necesito de mis afectos. Cuando tengo dos horas libres, duermo, juego con el perro, cocino, porque amo cocinar para mi familia. Por las tardes, continúo trabajando con los preparativos para nuestro próximo show, para el que estoy tomando clases de flamenco. Creo que no enviadará nada a los espectáculos de Broadway o Las Vegas. fuentehttp://www.caras.uol.com.ar/edicion_1341/nota_04.htm