Valeria Mazza

Valeria, embarazada, madrina y anfitriona
En la gala del Hospital Austral

Representante de la sana belleza. Acertada justificación del galardón que recibió hace algún tiempo de La Cámara de la Moda y la Comuna de Milano. “Símbolo del justo equilibrio”, la nombraron. Y no sólo por llegar a ser top sin caer en los vicios típicos de la obsesión estética, sino también, por los valores humanos que dejan atrás la aparente importancia de la imagen: “Madre dedicada e incansable altruista.” Valeria Mazza (35) trascendió la excelencia en las pasarelas del planeta y siempre ha vuelto. Esta vez, y en su país, fue madrina, productora y anfitriona de una gala con desfile de emociones. Una reina, un palacio. “Valeria Mazza, madrina del piso de Pediatría del Hospital Universitario Austral, invita a la segunda gala a beneficio en el palacio Duhau Park Hyatt Buenos Aires”, rezaba la tarjeta invitación. Y ahí estaba. “Gracias por colaborar con esta causa”, precedía al saludo de una mujer comprometida. Uno a uno, Valeria recibió a los invitados al pie de la escalera del salón Gallery. Más allá del fin de la velada, no faltaron felicitaciones por la noticia que llevaba tan solo horas en la palestra. Desde hace más de un mes y medio, los Gravier esperan la llegada de su cuarto heredero. Y en respuesta, a las gracias se adosaba una humorada: “Tuvieron que ampliar las costuras del vestido sobre mi cuerpo, la panza se nota más rápido después de tres experiencias” -decía “Vale”. El Versace que llevaba puesto fue la opción de tres, sobre la cama de su suite Park Executive, de 95 metros cuadrados, habían quedado dos vestidos de las firmas Valentino y Armani.Un encuentro, una finalidad. “430 mil pesos”, anunció la voz del maestro de ceremonias Oscar González Oro, sobre el cierre de la noche. La gala, minuciosamente organizada por Bárbara Diez, Martín Roig y su equipo, continuó en el salón Posadas. Entre ensaladas de queso azul, filet de lomo sobre risotto de hongos patagónicos, cebollas confitadas en salsa de Malbec, y frescura de frutos rojos, los comensales fueron testigos de una velada formal, aunque nada acartonada. “Queridos amigos, los he convocado una vez más para continuar en la cruzada por la salud de los niños, en definitiva, quienes hará n grande nuestra Argentina” -dijo Vale desde el escenario-. Y antes de concluir, la senadora nacional María Laura Leguizamón le acercó una carta. Entonces, la anfitriona dio lugar a su lectura: “Agradezco la invitación que me cursara (...), sé del esfuerzo que esta institución realiza para mejorar la calidad de vida de la niñez de los más necesitados, debil sector de la sociedad, es por eso que el Gobierno nacional trabaja fuertemente (...). Estaré cumpliendo tareas en Alemania y Austria y no podré estar presente, pero celebro la causa y reitero mi agradecimiento”. Valeria levantó la vista y pronunció: Dra. Cristina Fernández de Kirchner. “Ahora recibirán impresas dos canciones -dijo González Oro-. Pido que cantemos juntos sus estrofas.” Después del video institucional con casos de conmovedora necesidad, los invitados entonaron: “Día de enero” de Shakira y “Gracias por pensar en mí”, de Ricky Martin. Premios, escenario y rienda a la subasta. La remera del Pato Cabrera con la que ganó el US Open de Golf: “Te elegimos a vos, Mauricio Macri”, dijo Oro. “Sacarte plata es más difícil que quitarle un diente a un indio”, bastó para que el político comprara la pieza a 3 mil pesos. Una chaqueta Belstaff, línea Che Guevara, fue para Tomás Sánchez Córdova del Banco Finansur, por 7 mil. Una remera de la Selección argentina autografiada quedó en manos de Gerardo Werthein, por 20 mil pesos y varias pujas. Un chal de Valentino usado por Uma Thurman en la gala de los 45 años del diseñador, hoy es de Bettina Bulgheroni, por 10 mil pesos. La remera de San Antonio Spurs, de Manu Ginóbili, alcanzó los 30 mil pesos que Jorge Brito pagó a través de los representantes de Banco Macro. Finalmente, un bolso de Valentino que Martín Uriburu dio a su mujer por 9 mil pesos. Y en forma espontánea, un anónimo caritativo hizo llegar al escenario un cheque por 43 mil pesos, destinados a la compra de equipamiento técnico para el piso de Pediatría, amadrinado por la argentina que monopolisa el glamour y promueve de la solidaridad.
fuente http://www.caras.uol.com.ar/edicion_1341/nota_02.htm